Saltar al contenido

La historia de la abuela que luchó para no vender su casa

La historia de la abuela que luchó para no vender su casa

En ocasiones nos encontramos con historias que conmueven el corazón, como es el caso de esta abuela que luchó para no vender su casa y que, finalmente, consiguió su objetivo, aunque tristemente ya no se encuentra entre nosotros. Vamos a resucitar una de las historias más bonitas y que además han inspirado una película sin duda muy emotiva.

Índice

    Up, una historia casi real

    Seguramente muchos de vosotros habéis visto la película Up, una historia en la que una pareja luchaba junta para levantar la que era la casa de sus sueños, y en cierto modo lo conseguía, pero con un pequeño inconveniente, y era que no estaba ubicada exactamente en el lugar donde a ellos les hubiese gustado.

    Una vida feliz en uno junto al otro, buenos momentos, otros no tan buenos, pero siempre unidos y demostrando al mundo que no estaban dispuestos a vender sus sueños y sus ideales por mucho que se ofreciese por ello.

    La muerte de la mujer hacía que uno de los pilares fundamentales de esta familia se derrumbase por completo, haciendo que el marido quedase solo y en principio sin fuerzas para seguir adelante.

    Sin embargo, todo cambiaría cuando conoció a un joven que, sin darse cuenta, le hizo volver a los sueños que compartía con su amada, hasta el punto que al final, aunque ya no estuviese a su lado, conseguiría que la casa estuviese en ese lugar tan idílico y tan deseado por los dos a lo largo de sus vidas.

    Edith Mcefield, la abuela que luchó para no vender su casa

    Una historia similar la encontramos con Edith Mcefield, una mujer de 84 años que también se negó a vender su casa a las empresas que estaban desarrollando un complejo gigantesco a su alrededor.

    Se trataba de una historia de resistencia que le llevó a luchar durante muchos años y a conseguir llegar al último de sus días habiendo cumplido su deseo, y es que la casa seguirá permaneciendo en el lugar donde fue construida por sus padres.

    La historia de la abuela que luchó para no vender su casa
    La historia de la abuela que luchó para no vender su casa

    Uno de los encargados de la construcción que se estaba desarrollando en su entorno, Barry Martin, poco a poco se fue acercando a ella y conociéndola mejor, siendo testigo de algunas de sus historietas, muchas de ellas que parecían sacadas de un libro de fantasía, pero todas contadas con el mismo corazón y fortaleza con la que esta mujer hizo frente a lo que siempre pensó que era una injusticia.

    A tal punto llegó su amistad que Barry Martin se convirtió en un buen amigo que la visitaba cuando no se sentía bien e incluso la llevaba a las revisiones que le correspondían.

    Barry Martin le preguntó en una ocasión la razón por la que se negaba a vender su hogar, y ésta le contestó:

    “¿Adónde iría? No tengo familia y esta es mi casa. Mi madre murió aquí, en este mismo sofá. Volví a Estados Unidos desde Inglaterra para cuidarla. Me hizo prometer que la dejaría morir en su casa y no en algún centro, y cumplí esa promesa. Y aquí es donde quiero morir. Justo en mi propia casa. En este sofá”.

    Las ofertas llegaron a ascender hasta un millón de dólares, pero para ella ese dinero era completamente innecesario, mientras que la casa de sus padres tenía valor muy real.

    Sin embargo, poco a poco su salud se fue deteriorando, hasta el punto que desarrolló un cáncer de páncreas.

    Barry Martin le acompañó todo lo que pudo, pero llegó un momento en el que no se podía hacer cargo y la llevó al hospital, mientras que para ella, esta situación decía que no le apenaba, ya que la vida le había permitido conservar la casa de sus padres y conocer a un buen amigo como lo fue en sus últimos años Barry Martin.