El planeta es tan grande que no es de extrañar que cada día se descubran nuevos parajes capaces de sorprendernos y emocionarnos. Hemos visto, en varias ocasiones, como la naturaleza trabaja para reconquistar los lugares que un día el hombre se apropió, dejando estampas tan curiosas como el pueblo pesquero de las Islas Shengsi invadido por la vegetación, o incluso las desoladoras imágenes de la zona de exclusión de Fukushima.
La naturaleza es el mejor artista y nosotros tenemos la suerte de poder disfrutar de muchos de sus trabajos, eso sí, con el suficiente respeto como para mantenerlos y conservarlos.
Hoy nos queremos ir hasta el continente asiático, exactamente hasta Hubei, en el centro de China, donde nos encontramos con una impresionante cueva de casi 300 metros de profundidad que podría considerarse el mundo perdido.
Se trata de una profunda cueva que tiene 40 hectáreas de vegetación y fauna en su interior
Anteriormente, esta cueva fue utilizada como basurero, por suerte decidieron limpiar toda la zona y descubrir un paraíso natural
La única manera de acceder al lugar es a través del rappel, por lo que lleva años sin ser visitado
La abertura a la superficie es bastante amplia, lo que permite que la luz natural y el agua de la lluvia entren al interior
Permitiendo la reproducción no sólo de vegetación, también de animales e insectos
Además de los fenómenos meteorológicos naturales, el interior de la cueva tiene muchos nutrientes traídos por otros animales. Los murciélagos, por ejemplo, que causan mucho excremento, ayudan al abono del lugar
Algunas de las flores que se encontraron en el lugar que antes era un basurero:
La zona en la que incide la luz del exterior está cubierta por plantas verdes y musgo. Sin embargo, la zona generalmente oscura, mantiene una temperatura más constante perfecta para el crecimiento de hongos
Muchos animales han sobrevivido en este entorno natural, un ecosistema totalmente autónomo
Fuente: dailymail.co.uk
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.
