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4 consejos para comprar una cuna de bebé

El sueño varía mucho entre los bebés de pocos meses: mientras algunos son capaces de dormir varias horas, otros se despiertan constantemente; mientras unos pueden estar solos en su cuarto antes de los nueve meses o el primer año, otros tardan más en abandonar la habitación de sus padres. Pero hay algo que no cambia, y es la necesidad de contar con una cuna cómoda que favorezca su bienestar, su descanso y su seguridad.

Al adquirir cualquier producto miramos, sobre todo, la relación calidad-precio. Es un parámetro que clasifica a los mejores de su categoría dentro de un rango determinado, y sirve para elaborar rankings que luego son frecuentes en las webs comparadores. Al margen de este, conviene recordar otros parámetros más específicos a la hora de hacerse con una cuna, como puede ser la compatibilidad con la decoración de la habitación de tu bebé, así que recopilamos algunos consejos útiles.

Índice

    1. Ten claros los tipos

     

    Lo primero es tener claro que las cunas abarcan diferentes tipos. El moisés y la minicuna, que frecuentemente se usan como conceptos sinónimos, son más fáciles de trasladar, pero suelen durar menos tiempo. Las cunas grandes son más seguras y duran más, pero se utilizan de manera fija en una misma habitación y se mueven solo para completar la transición de la habitación de los padres a la propia.

    Dentro de ambas categorías, minicunas o cunas, se pueden encontrar diferentes funciones que delimitarán su uso, siendo una de las más buscadas la de colecho. Sucede, por ejemplo, con IKEA y su cuna Sundvik, que se puede utilizar como cuna normal o, en caso de retirar uno de los lados y ajustarse en altura, como cuna colecho.

     

    2. Sé realista con el tamaño

     

    Las medidas de la cuna son importantes por dos cuestiones. La primera de ellas es la comodidad del pequeño, que debe contar con espacio suficiente. Si no quieres que se quede pequeña pronto, adquiere una grande de inicio. Recuerda que las medidas estándar están entre los 60-80 cm de ancho y los 120-140 cm de largo.

    La segunda es el espacio en el que se instalará. Si quieres practicar el colecho durante los primeros meses y tu habitación es pequeña, tendrás que usar una minicuna colecho de manera temporal, y luego pasar a una grande en su propia habitación.

     

    3. Mira funciones y accesorios

     

    Dentro del presupuesto que te hayas marcado, cuanto más completa esté la cuna mejor, sin sacrificar la calidad por el camino. Muchos modelos permiten el ajuste en altura, lo que resulta especialmente útil cuando se quiere practicar el colecho. En ese caso, claro, deberá tener otras funciones como la barra lateral extraíble.

    Un tipo que puede resultar interesante, según las necesidades que tenga la familia, es el de la cuna convertible, que se puede transformar en primera camita cuando termine su vida útil como primer lugar de descanso. En ese caso, claro, habría que asegurarse de que la estructura es lo bastante sólida, porque de otro modo no resistirá el paso del tiempo y habrá que terminar comprando otra.

    También es importante que mires si trae colchón, pues no todas lo hacen, y en caso de que no tendrás que comprar uno aparte que se sumará al precio. Un buen colchón debe tener densidad suficiente para proporcionar firmeza y ser atérmico, anatómico y transpirable. A eso se sumarán otros accesorios textiles, pero recuerda que no es conveniente que el bebé duerma con determinados artículos en los primeros meses de vida. Es mejor que permanezca en un saquito especial.

    Por otra lado, las ruedas facilitarán mucho su movilidad, y el modo balancín inducirá al bebé al descanso. Echa un vistazo a esta cuna que duerme al bebé en segundos de la que ya hablamos hace tiempo.

     

    4. Contempla otras opciones

     

    Un tipo específico de cuna es la de viajes, y resulta útil tener para las noches en las que el bebé no va a dormir en casa. Puede que haya que dejarlo con un familiar por algún motivo o que la familia decida pernoctar uno o más días fuera, como suele suceder en vacaciones.

    Más allá de las salidas, también puede convertirse en un complemento dentro de casa, pues puede servir como parque de juegos. Sería, en ese caso, un lugar seguro en el que el bebé puede pasar horas. De hecho, como muestra la web https://tucunadeviaje.com/, hay modelos muy versátiles y fáciles de manipular que, además, vienen con todos los accesorios.

     

    5. La seguridad como gran prioridad

     

    Por básico y obvio que resulte, siempre conviene recordarlo: la cuna debe estar homologada en función de la normativa vigente de la Unión Europea en materia de seguridad. Es lo que garantiza que ha pasado las pruebas de resistencia, que emplea materiales que no son nocivos o que los barrotes tienen la distancia adecuada, entre otras muchas cuestiones.

    Fíjate bien en el diseño y, en la medida de lo posible, procura que tenga los cantos redondeados y no demasiado afilados. Cuando el bebé pueda ponerse de pie en la cuna, podría hacerse daño.

     

    6. El aspecto estético

     

    No es lo más importante, claro, pero la variedad de cunas es tan amplia que, dentro de la categoría que hayas elegido, encontrarás varios modelos con funciones y precios similares. ¿Qué desequilibrará la balanza en ese caso? Su aspecto.

    Las cunas de viaje abarcan diferentes estilos. Las más clásicas optan por los colores neutros y detalles infantiles en tonos pastel, y suelen ser adaptarse bien a la decoración que ya tiene la habitación. Las de tipo retro, en cambio, conservan el color natural de la madera e incorporan accesorios como el dosel o colgadura de tela.

    Con todo, te aconsejamos tener clara tu necesidad y establecer un presupuesto máximo. A partir de ahí, será más fácil filtrar marcas y modelos.