
Para llevar a cabo la construcción de esta vivienda se han usado ladrillos completamente reciclados. Hechos gracias al plástico de las botellas. Estos ladrillos PET son más ecológicos, tienen mayor aislación térmica y además pesan menos que los ladrillos de barro cocido tradicionales.
La casa tiene 56 metros cuadrados y cuenta con cocina, comedor, dos dormitorios, baño, luz eléctrica y agua potable. Ha sido destinada a una familia carente de medios y la idea es que se siga trabajando para construir más viviendas como esta, ayudando así a muchas más familias.

Gracias a estos ladrillos, la construcción de las viviendas se hace más fácil y beneficiosa para el medio ambiente. Estos ladrillos reciclados se hacen, tanto para exteriores e interiores, con una mezcla de partículas de plástico PET de envases desechables de bebidas, pegadas con cemento y aditivos que moldea una máquina manual rodante.
Frente a los ladrillos tradicionales, éstos suponen una ventaja clara en todo. Ventajas tanto para el medio y su conservación, como económicamente, y también en relación al trabajo, el esfuerzo y la mano de obra. Además, tienen una durabilidad mayor.
Por si fuera poco, son adaptables a la geografía, al clima y a la sismología local. Este avance en el campo de la construcción y la lucha contra la pobreza supone todo un logro.
Viendo el aspecto final nunca diríamos que existen diferencias entre estos ladrillos y los tradicionales.
Gran apasionada del diseño y la escritura, me encanta leer prensa dedicada a la arquitectura, tanto nueva como antigua.