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Vietnam y su vientre explosivo en la tecnología

Una de las guerras más importantes del siglo pasado, de 1955 a 1975, Vietnam fue presa de una guerra que duró 2 décadas enteras, aunque otros países como Camboya y Laos estuvieron involucrados en el conflicto, el protagonismo lo tuvieron las bombas.

Algunos vietnamitas recuerdan con mucho dolor el indescriptible sonido de toneladas de explosivos mancillando sus vidas con pena, miseria y muerte, y es que los estados Unidos de Norteamérica, no uso 100.000 ni 200.000 toneladas de explosivos, sino que se dedicó a lanzar la ridícula cantidad de 500.000 toneladas de explosivos, las cuales muchas de ellas no explotaron y la mayoría siguen siquiera sin ser encontradas.

Rastrear estos proyectiles perdidos en el tiempo no es una tarea de fin de semana, no es como que vayas de camping y te pones con una. El hecho es que no es una labor sencilla ni mucho menos barata. Así que investigadores de universidad en Ohio en un momento de brillantez absoluta han decidido involucrar a la inteligencia artificial.

Haciendo ilusión a ese viejo dicho de:

«Tú lo tiras, tú lo recoges»

Las bombas terrestres en Vietnam han herido a más 60.000 civiles. Usando un algoritmo de identificación de imágenes de deformaciones geográficas (un detector de cráteres) han podido dar con la mejor forma de localizar bombas sin estallar.

Índice

    ¿Suena sencillo no?

    No lo es para nada, identificar un cráter no debería ser problema, todos tenemos una idea general de cómo son (un agujero en la tierra producido por el impacto de un objeto) pero que sucede cuando esté agujero tiene más de cuatro décadas.

    La erosión y vegetación de la zona es uno de los primeros inconvenientes con los que se toparon el equipo ¿Cómo diferencias un cráter hecho por una bomba a uno hecho por otro objeto?

    Una bomba deja un gran agujero al estallar, eso lo tenemos claro hasta el momento, pero con el paso de los años y los cambios topográficos estos suelen llenarse de tierra y plantas, no es algo que puedas distinguir a simple vista, inclusive si estás sobre él.

    Encontrar una de manera no tradicional (explotándola) es una actividad de vida o muerte, literalmente hablando de ello, en Camboya ha usado métodos tradiciones como perros entrenados y uno no tan tradicionales como entrenar a ratas gigantes. Se estima que por este medio se han encontrado desde el 2015 más de 300 bombas sin explotar.

    ¿Cuál fue la solución?

    El grupo de investigación de Ohio para desarrollar su modelo tomaron con referencia un área de unos 100 kilómetros cuadrados en una pequeña aldea de Prey Veng, está aldea fue bombardeada en la década de los 70 con más de 3000 bombas (3.250 petardos) ¡Vaya lío!

    El algoritmo fue diseñado con una imagen de la zona captada por satélite y contrastado con registros del ejército americano en donde se tenía un leve registro de los lugares bombardeados.

    En la fase inicial se tomaron algoritmos generados para analizar los impactos de meteoritos en la superficie de la luna, ya que los cráteres creados son similares en forma pero no en tamaño. Listo el algoritmo, en la fase dos se agregaron algunas irregulares que se pueden observar en cráteres ya afectados por el tiempo y la vegetación.

    Con estas adaptaciones el software aumento drásticamente el nivel de efectividad a la hora de detectar cráteres hechos por bombas en un 160% más, comparado con otros algoritmos que tenían la misma función.

    ¡Hay más!

    Finalizado el programa, solo basto con ir a los registros de cuántas bombas fueron lanzadas y compararlas con el número de las que han explotado ya y así saber cuántos de los cráteres pueden poseer bombas sin explotar.

    En su primera ronda de explotación el software detectó 152  de 177 cráteres válidos con amenaza de bomba, lo cual cuantifica su  exactitud en un 86%.

    Según mis registros empleados en el modelo, ya quedan solamente 1.618 bombas  racimo por explotar y unas 1.405 bombas regulares. Esto es aproximadamente unos 50 y 44% de la cifra final, aunque no es una cifra exacta.

    Antes de este software el estado tenía un presupuesto de más de 40 millones de dólares al año, destinados a la detección y extracción de las bombas, con este nuevo sistema se estima que gran parte de estos recursos sean redistribuidos a zonas más vulnerables de Vietnam.