Un antiguo asentamiento minero se convirtió, con el paso de los años, en la ciudad del planeta ubicada a mayor altura. Esta ciudad misteriosa a la que no es fácil acceder, parece un gran barrio lleno de favelas, donde actualmente residen unos 50.000 habitantes. Estos viven a diario en un lugar que no dispone de carreteras asfaltadas y menos aún, de servicios básicos como agua potable o alcantarillado.
Las condiciones de vida en este territorio son muy difíciles ya que las temperaturas son muy extremas y el oxígeno escasea debido a la gran altitud. Viven en un «invierno eterno» donde las temperaturas por la noche pueden llegar a los 25 grados bajo cero y durante el día a menos 15.
Pero lo realmente peligroso de esta ciudad, es la falta de códigos y leyes, ya que es un lugar que la policía tiene medio abandonado y es por eso que, lo llaman «La Tierra de Nadie» debido a los numerosos homicidios que han tenido lugar y que no se han terminado de aclarar. Todo ello por una razón fundamental: el oro.
La economía se basa principalmente en la extracción de oro de la mina situada en las cercanías de la ciudad. Así, mientras a diario los hombres van a la mina, las mujeres se dedican a la venta o a buscar restos de oro en las rocas. En condiciones de trabajo deplorables, los mineros llevan una vez al mes, toda la «mena de los metales» que puedan cargar sobre sus hombros. Si de esa mena se puede sacar algo aprovechable o contiene alguna cantidad de oro, se les paga pero a muy bajo coste, ya que gran parte de este oro acaba en el mercado negro.
Otro de los grandes problemas de esta ciudad además de la inexistencia de medidas de seguridad, es la salud de su población; ya que el uso descontrolado del mercurio consecuencia de la «fiebre del oro» ha contaminado el agua, el aire e incluso la nieve.
Fuente: Idealista
Periodista especializada en decoración. Interesada por todo lo que tiene que ver con el interiorismo y el mundo deco.