Repasamos los pros y los contras de vivir en una casa con ruedas

Después de unos años en los que se estableció que más y mayor parecía ser mejor, se ha iniciado una corriente de pensamiento que apuesta por todo lo contrario. Frente a las enormes mansiones y el lujo desorbitado que muchos adinerados se enorgullecían de ostentar, cada vez son más las personas que, teniendo un nivel de vida medio-alto, prefieren optar por simplificar sus vidas y encontrar la satisfacción en la flexibilidad que da no poseer mucho y en el lujo de la libertad.

Con el boom de este nuevo estilo de vida, han empezado a aparecer ejemplos de nuevas casas rodantes y diminutas, puestas al servicio de aquellos que pueden permitirse invertir una cantidad considerable de dinero y vivir cambiando constantemente de ubicación. Alejadas de aquellas caravanas de estado lamentable, que nos hemos hartado de ver en las películas como viviendas de los más desfavorecidos, o de aquellas otras roulottes -tirando a horteras- que han servido de alojamiento para familias numerosas que vivían aventuras lejos de un hotel masificado, las viviendas con ruedas que empiezan a llenar las páginas de las publicaciones de arquitectura y decoración son auténticas piezas de diseño por las que más de uno vendería su alma, o su piso de 30 metros cuadrados.

Visto el auge de estas peculiares viviendas, hoy queremos hacer un repaso a los pros y los contras que conlleva vivir en un lugar así, para que si os estáis planteando dejarlo todo y lanzaros a la carretera tengáis en cuenta con qué podéis encontraros durante vuestro viaje.

Pros

Ahorro. Factor importante donde los haya. Este tipo de casas requieren una inversión inicial, como todas, pero son mucho más baratas que una casa tradicional tanto si es de propiedad como si vives de alquiler. Aunque, dependiendo del país, debes tener licencia y pagar una serie de impuestos, son mucho menores que los que acarrea una vivienda propia.

Respeto al medio ambiente. Requieren mucha menos energía para mantenerse y son más eficientes.

Simplifican tu vida. Al ser pequeñas no te permiten acumular trastos ni tener cosas que no necesites. Cada centímetro cuenta, así que vivirás más cómodo si tienes menos pertenencias.

Cambia cuando quieras. Lo bueno de que tu casa tenga ruedas es que, si te cansas de vivir en un sitio, puedes irte a otro sin pensártelo dos veces.

Fáciles de calentar y de enfriar. Si están bien aisladas, estas casas gastan muy poca energía en calentarse y en enfriarse, algo que notará el planeta y tu bolsillo.

Pocos gastos en decoración. Si le das importancia a la decoración, no vas a tener que dedicar una parte importante de tu presupuesto a ella. Al ser un espacio pequeño, te convendrá elegir bien las piezas decorativas y no recargar el ambiente.

Estará limpia en un minuto. ¿Cuánto crees que puedes tardar en limpiar un espacio tan pequeño? Tendrás más tiempo libre para las cosas importantes.

Siempre puedes aprovechar el espacio exterior. No todos podemos tener patio o terraza, pero una casa con ruedas te ofrece la posibilidad de utilizar tu entorno como jardín y de disfrutar del aire libre.

En definitiva, la libertad, la vida simple y el ahorro económico y energético son las principales razones que deberían llevarte a elegir este tipo de vida. Pero antes de lanzarte a la piscina, no te olvides de revisar los contras porque puede que haya algo importante a lo que no estés dispuesto a renunciar.
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Contras

Respetar la normativa. Cada país e incluso cada zona tiene normativas distintas para regular este tipo de viviendas. Aunque creas que la libertad es total, lo más probable es que no puedas plantar tu casa rodante donde te de la gana, así que asegúrate antes de cuáles son tus posibilidades en este sentido.

Claustrofobia. Aunque no sufras ansiedad en los espacios pequeños, es posible que nunca la hayas sentido porque no sueles estar en ellos. Vivir en una casa dimunta puede llegar a ser asfixiante y puedes echar de menos tener la posibilidad de cambiar de estancia. Siempre puedes salir a dar un paseo, pero quizá no es lo que necesitas.

Los deshechos. Los inodoros de compostaje no son para todo el mundo. Ten en cuenta que una casa con ruedas no tiene conexión al alcantarillado y deshacerse de los deshechos se convierte en una tarea en la que tendrás que participar activamente.

La opinión de los demás. Da igual si es o no importante para ti, pero prepárate para oír comentarios negativos de la mayoría de la gente que te visite.

Suministros. En muchas ocasiones no tendrás acceso a los suministros básicos como agua y luz, por lo que tendrás que disponer de un depósito y un generador que te garantice el acceso a estos servicios.

Falta de intimidad y espacio personal. Si convives con alguien en una casa con ruedas, probablemente será tu pareja, pero todos necesitamos momentos para nosotros mismos y una vivienda de estas características dificulta esa posibilidad.

Cocina pequeña. La cocina es la estancia donde más espacio se necesita para trabajar y en una casa con ruedas no vas a tener muchas posibilidades. Si quieres una cocina mayor, tendrás que quitarle espacio a otras zonas de la casa y a lo mejor no te compensa.

Comprar al día. Como no tendrás mucho espacio de almacenamiento, no podrás hacer la compra del mes.

Mascotas. Si tienes mascotas, puede que la vida en una casa rodante no sea lo más cómodo para ambos. El espacio, la ventilación y la higiene se convertirán en un problema mayor que si vives en una casa convencional.

Enfermedad. Si te lesionas o tienes alguna enfermedad, es posible que una casa diminuta sea incómoda o incluso imposible como opción. La movilidad y la comodidad se ve reducida y puede suponer una barrera insalvable en determinadas ocasiones. Además, si has aparcado en un lugar remoto el servicio de emergencias lo tendrá más difícil para llegar.

Como véis, una casa diminuta no es para todo el mundo y hay que estar muy seguro antes de dar el paso de abrazar este estilo de vida. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que cada uno es dueño de su propia vida: de la misma forma que puedes dejarlo todo para irte a vivir a una casita con ruedas, siempre tendrás tiempo de regresar a otra forma de vida más convencional. ¡Todo depende de ti!

Fuente: Homedit