
Una vez que veamos de qué se trata no querremos volver a molestarnos en cargar peso de otra forma. Todo lo sufrido con anterioridad nos parecerá en vano frente a esta maravilla de artilugio. Seguramente te haya tocado cambiar alguna vez de sitio el mueble del salón, la cama o un sofá.
Para hacer esas tareas hace falta valor, disposición y mucha fuerza. Ahora lo único que hace falta es un par de correas y un voluntario. Alguien que nos ayuden en la tarea para que el peso pueda repartirse.
Parece cosa de magia pero es física. Leyes puras que actúan repartiendo y equilibrando el peso. Además, nos evitamos incidentes, rasguños o golpes innecesarios.
La técnica para colocarse las correas y alzar el peso es tan sencilla como erguirse.
Que todos los cambios sean como estos, a mejor y evitando esfuerzos que ya hemos hecho durante mucho tiempo.
Fuente: A.A.C. Forearm Forklift, Inc.
Gran apasionada del diseño y la escritura, me encanta leer prensa dedicada a la arquitectura, tanto nueva como antigua.