Convirtió una vieja y ruinosa caravana en un sitio ideal donde vivir con su pareja 🏰

Matthew Hoffamanm es un arquitecto californiano que decidió renovar una vieja y destartalada caravana en una roullotte con mucho estilo donde vivir con su actual pareja.

Lo que más llama la atención es la cantidad de luz que entra por cada una de las ventanas de la caravana. Para aumentar la luminosidad se complementa con decoración de colores cálidos y en madera.

El espacio es un problema en todas las caravanas pero en esta se logra paliar con amplios espacios multifuncionales y bien distribuidos.

El detalle del famoso cuadro de René Magritte, «El hijo del hombre» colgado en la entrada en una de las pocas paredes verticales que existen en la casa es un detalle que aporta personalidad a la estancia.

La caravana está llena de infinidad de huecos y sorpresas que permiten aprovechar al máximo el espacio sin hacer que el conjunto resulte agobiante.

Por poner un par de ejemplos, tenemos la práctica alacena extraíble que se oculta en el armario de la entrada (donde estaba colgado el cuadro). La cama, a su vez, es también un sofá, que se pliega y despliega para ofrecer dónde dormir a la pareja.

En la zona de trabajo también han aplicado mucho ingenio con un sistema de anclaje para colgar el ordenador en la pared. Tampoco se queda atrás el cajón extraíble bajo los asientos, en el que aparece como por arte de magia una impresora multifunción.

Por último el baño, el gran olvidado en todas las caravanas. Sacrificando un poco de espacio se ha conseguido un rincón bastante cómodo y «espacioso» donde poder ducharse y asearse cómodamente.