Los diseñadores y arquitectos de todo el mundo nos demuestran cada día que la creatividad no tiene límites y que cualquier lugar es bueno para desarrollar una de sus obras de arte.
Hoy lo han vuelto a hacer, pero esta vez con una vieja granja que llevaba muchos años en desuso. En este caso ha sido el estudio de arquitectura Septembre el encargado de desarrollar este proyecto, el cual finalizó en 2013.
El objetivo estaba claro: convertir una vieja granja en una casa de verano manteniendo la esencia del lugar. Reforzar la estructura y darle un nuevo uso a su interior no eran retos fáciles, pero para nosotros cumplieron con creces las expectativas.
El edificio tenía grandes posibilidades: estaba en buen estado y tenía grandes espacios
Para modernizar el lugar sin cambiar su espacio, se utilizaron materiales naturales y vidrio
Aunque pueda parecer que su interior es desolador, realmente es un diseño que transmite paz y calidez
Apostaron por tonos claros para revestir todas las paredes, con detalles rústicos
Las paredes de piedra y las vigas de madera no podían faltar
Se incorporó un sistema de calefacción para conseguir que el sitio fuese habitable tanto en verano como en invierno
Y la decoración es el resultado de la fusión de lo rústico y minimalista
La madera, también en tonos claros, está en toda la casa, aportando una sensación de mayor espacio en todas y cada una de las habitaciones
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.