La naturaleza no se cansa de sorprendernos, y es que el planeta es tan grande, y tiene tantos rincones aún ocultos, que no es de extrañar que día a día sigan habiendo descubrimientos sorprendentes.
El último que nos ha llamado mucho la atención, ha sido un río que ‘hierve’ en el corazón de la selva amazónica. Ha sido Andrés Ruzo, un geocientífico que escuchó desde niño la existencia de este río, quien ha confirmado su existencia.
Ruzo tuvo que ponerse en contacto con un chamán para que le guiara hasta el lugar, y este lo hizo encantado con una única pero irrefutable condición: «Que las aguas que estudiase en su laboratorio pudieran encontrar el camino de regreso a su hogar«.
Después de adentrarse en la selva peruana, el sonido le iba confirmando que se acercaba al lugar, un oleaje suave que se iba convirtiendo cada vez en un sonido más fuerte, hasta que finalmente los ojos comprobaron que el fenómeno existía: el humo y el vapor se elevaba entre los árboles.
La temperatura del agua era de 86ºC, no llega a los 100 que supondría el punto de ebullición pero se acerca bastante. El río está en esta temperatura durante 6 kilómetros, hasta que desemboca en otro afluente. El calor es tal, que podría resultar mortal para los animales que se sumerjan en él.
Aunque aún no se sabe qué es lo que provoca este fenómeno, sí que es cierto que este río no está asociado a ningún volcán ni tiene origen magmático. Sin embargo, tal y como aseguró Andrés Ruzo en una charla TED: «Aún hay que investigar mucho para entenderlo mejor, pero según la información que hemos recogido, el agua podría venir de los glaciares de la cordillera de los Andes que, tras filtrarse hasta lo profundo de la Tierra, brota como agua hirviendo, calentada por el gradiente geotérmico, todo gracias a su situación geológica única.»
Sin embargo, Andrés Ruzo insiste en lo más importante, en la necesidad de que este espacio, esta maravilla natural, sea protegida. «Mi meta es asegurar que quien sea que controle esta tierra comprenda el significado y la singularidad del río hirviente. Porque de eso se trata, de significado. Y la cosa es que nosotros definimos el significado, tenemos ese poder. Somos nosotros los que trazamos la línea entre lo sagrado y lo trivial.»
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Fuente: latitudes.infonews
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