Los diseñadores y arquitectos de todo el mundo nos demuestran cada día que la creatividad no tiene límites y que cualquier lugar es bueno para desarrollar una de sus obras de arte.
Hoy lo han vuelto a hacer, pero esta vez con una vieja granja que llevaba muchos años en desuso. En este caso ha sido el estudio de arquitectura Septembre el encargado de desarrollar este proyecto, el cual finalizó en 2013.
El objetivo estaba claro: convertir una vieja granja en una casa de verano manteniendo la esencia del lugar. Reforzar la estructura y darle un nuevo uso a su interior no eran retos fáciles, pero para nosotros cumplieron con creces las expectativas.
El edificio tenía grandes posibilidades: estaba en buen estado y tenía grandes espacios