Como vemos en la imagen de portada, este majestuoso edificio no solo es el más alto de la ciudad, sino que además cuenta con una impresionante fachada con 1000 paneles de cristal y está ubicado en un lugar mágico por encima del río Elba. El techo se diseñó para imitar la forma de una ola y sus miles de cristales cambian de color a la luz. Podríamos pasarnos horas hablando de su exterior pero… ¿ya es hora de que lo conozcamos un poquito más por dentro, no?
Su nombre original es Elbphilharmonie, tiene capacidad para 2100 personas y ha costado nada menos que 843 millones de dólares (unos 720 millones de euros). Con un presupuesto tan alto, sus promotores sabían que tenían que contar con los mejores. Por ello, recurrieron a los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, creadores de otros famosos diseños en grandes ciudades como Londres y Beijing, y con el músico Yasuhisa Toyota, famoso por el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles.
Juntos, estos tres artistas, idearon una impresionante hazaña de ingeniería basadas en algoritmos matemáticos para crear los 10.000 paneles acústicos que recubren el auditorio. Cada uno de estos paneles tiene un millón de «células» en su interior, de manera que, recubren el techo y las paredes del auditorio central.
¿Cómo funcionan estos algoritmos?
Al estar hechos con fibra de yeso, cuando las ondas del sonido golpean estos paneles, las células que hay en su interior dan forma al sonido. Unos paneles se encargan de absorber las ondas, mientras otros las dispersan y expanden, de esta ingeniosa forma se consigue crear un audio perfectamente equilibrado que se puede escuchar desde todos los rincones del auditorio.
Tardaron 7 años más de lo previsto en construirlo y tuvieron que aumentar el presupuesto con 82 millones de dólares más…
… pero, sin duda, mereció la pena por contemplar tan semejante belleza
Fuente: Elbphilharmonie y El Futuro Es Apasionante
Periodista especializada en decoración. Interesada por todo lo que tiene que ver con el interiorismo y el mundo deco.