Toulouse, también llamada la Ville Rose, por el colorido rosado de sus añejas construcciones que se despliegan a lo largo de laberínticas callejuelas nos transmite algo de lo que para muchos es el real estilo francés. Sensación bohemia, años de historia en iglesias y adoquines medievales, que se mezclan con el espíritu joven de miles de estudiantes que pueblan sus calles gracias a las distintas universidades que han hecho de Toulouse una ciudad casi universitaria.
Se trata de una joya única que amalgama culturas y a su vez preserva el más profundo estilo francés. En sus hermosos paisajes se pueden encontrar multitud de restaurantes de los más tradicionales, hasta numerosos espacios que abren sus puertas a nuevos chefs que disfrutan de experimentar y crear sensaciones culinarias diferentes.
Pero como decía, la cocina regional de Toulouse debe mucha de su herencia culinaria a los productos que vienen de su tierra y alrededores, particularmente el departamento vecino de Gers, en donde se crían los patos y los gansos cebados, que conforman la base de su gastronomía. Así, especialidades como el foie gras, cassoulet – carne y guisado del haba, salchicha de Toulouse, chuletas del pato y conservas de pato como el confit du canard pueden encontrarse ya sea en los restaurantes más sofisticados, como enlatados en los supermercados de la región.
Además, algunas de las regiones vitivinícolas más finas del anillo Toulouse, el Tarn y especialmente Burdeos proporcionan una selección de acompañamientos asombrosos a estos platos maravillosos. Hoy, los cocineros principales de Toulouse saben utilizar estos productos de calidad para combinar influencias tradicionales y la cocina innovadora.
Hay demostraciones brillantes de esta alianza en los restaurantes en el centro de ciudad, en los alrededores de la hermosa e histórica plaza del capitolio donde despliegan sus sillas en las aceras al mejor estilo parisino o en la plaza Víctor Hugo.
En esta oportunidad me aloje en un hotel cerca de la plaza Víctor Hugo y la verdad que fue una buena elección, no lo digo por el hotel, que para ser sincera dejan mucho que desear si uno pretende calidad a precios razonables, sino por la ubicación. En esas calles se encuentra un hermoso mercado que lleva el mismo nombre, Victor Hugo donde uno puede asombrarse al ver numerosos y variados gansos, patos, puestos enormes con una gama exquisita de quesos que jamás había visto, pescados, y más. Pero también las patisserie, y los restaurantes alrededor de la plaza casi todos abarrotados por las noches de gente que sabe de buen comer.
Aún más encantadores son los restaurantes en las lanchas a remolque; la belleza Chaurienne y el Occitania ofrece la oportunidad de cenar en las aguas pacíficas del canal du Midi. Para ésos que desean explorar culturas remotas o para los visitantes nostálgicos, Toulouse ofrece una opción ilimitada de los restaurantes extranjeros de la especialidad. La proximidad a España y a Italia significa que las bodegas que ofrecen tapas y la sangría y los restaurantes italianos (pizzeria Vecchio, Carpaccio) son abundantes y comprables.
Imperdibles
- Mercado Victor Hugo: en las proximidades de la plaza que lleva el mismo nombre. Abierto todos los días, excepto lunes, de 6 a 13 hs.
- Patisseries: como Maison Pillon en 2 Rue d’Austerlitz, en 2 rue Ozenne y en 23 rue du Languedoc.
Profesora de educación infantil, piano y master en dirección hotelera y establecimientos turísticos. Apasionada por los niños pequeños y la lectura.
