1. Craco, Italia
El pueblo fantasma de Craco se encuentra en un acantilado escarpado e irregular sobre el valle del río Cavone, donde se encuentra el tobillo de Italia. En la década de 1960, la ciudad fue golpeada por una serie de devastadores terremotos y deslizamientos de tierra, y aunque se hicieron esfuerzos repetidos para reconstruir la ciudad, los 1.800 residentes finalmente tuvieron que abandonar la desmoronada patria. Incluso si solo quedan los muros exteriores de las frágiles casas, se puede reconocer la riqueza y el esplendor de la ciudad. Aquí, también, la naturaleza está recuperando lentamente el terreno. Las ruinas de la misericordia se funden en las colinas.
2. Spreepark, Alemania
Un parque de diversiones de la RDA en el centro de Treptower Park en Berlín. El Spreepark, aunque viejo y oxidado, es una verdadera joya en la apasionante historia de Alemania del Este. Aunque el parque de atracciones recibió más de 1.7 millones de visitantes al año en su apogeo, fue cerrado y abandonado a su suerte después de una serie de accidentes y un fallido contrabando de cocaína peruana. Desde entonces, la naturaleza ha comenzado a recuperar el parque. El Plänterwald densamente vegetado no ha sido un vecino particularmente amigable desde entonces. Hoy en día, sus lagos artificiales están llenos hasta el borde con agua de lluvia, las construcciones de madera se están pudriendo lentamente, los paseos gruñen y gimen bajo la presión de las fuerzas naturales, incluso la rueda de la fortuna todavía se vuelve solitaria con el viento. A pesar del aura apocalíptica y las incontables señales «¡No hay entrada!», el parque de atracciones en desuso atrae a turistas y residentes por igual.
3. Fuertes de Maunsell, Gran Bretaña
Extendiéndose desde los estuarios del Támesis y Mersey, estas torres fortificadas se construyeron como posiciones antiaéreas durante la Segunda Guerra Mundial. Varias torres fueron destruidas por colisiones con barcos civiles, el resto fue desmantelado a fines de la década de 1950. A veces servían como el hogar de varias estaciones piratas. Desde hace algunas décadas, han estado vacíos sin recibir servicio. Los enormes bloques de hormigón, que también podrían surgir de una película de ciencia ficción, han madurado en los años del orfanato. Rodeados de una belleza sombría, están entronizados frente a la costa áspera de Inglaterra y recuerdan años de destrucción y desesperación.
4. Trineo olímpico, Bosnia y Herzegovina
La planificación de la comenzó en la década de 1970 después de que Sarajevo fue galardonado con los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984. Hasta el estallido de la guerra de Yugoslavia, la pista de bobsleigh se usó para varias carreras de la Copa Mundial, pero sufrió graves daños durante la guerra. Bajo el control de las fuerzas armadas serbias, la carrera de trineo se convirtió en un punto estratégico y las lagunas perforadas en la última sección de la carrera aún están intactas. Décadas más tarde, envuelto en una capa de tierra y paredes salpicadas de graffiti, el ferrocarril en descomposición apenas recibe atención, a menos que un valiente skater o turista pase por allí.
5. Reschensee, Tirol del Sur, Italia
Para combinar 2 lagos naturales, un pueblo entero con 163 casas y alrededor de 523 horas se inundó en 1939. Los residentes fueron reubicados y el trabajo de inundación terminó en 1950. Hoy solo la torre de la iglesia que sobresale del medio del lago recuerda al pueblo. Muchas leyendas y cuentos están relacionados con la inundación de la aldea, como que todavía se pueden escuchar las campanas de la iglesia a veces.
6. Oradour sur Glane, Francia
El pueblo de Oradour sur Glan se encuentra en el centro de Francia y se puede llegar a él a través de Burdeos. Es un remanente de la Segunda Guerra Mundial. El mundo parece haberse detenido aquí desde el final de la guerra en 1944, porque el lugar se ha mantenido prácticamente intacto. Las casas y los autos rotos siguen en pie como estaban entonces y se supone que son un recordatorio y un monumento conmemorativo de esta época.
Profesora de educación infantil, piano y master en dirección hotelera y establecimientos turísticos. Apasionada por los niños pequeños y la lectura.