
El proceso no podría ser más sencillo, con unas tijeras y poco más podemos llevar a cabo toda la transformación. Cuando veas lo fácil que era, no podrás evitar pensar en cómo no te habías dado cuenta de ello antes.
Para hacerlo ni siquiera hace falta tener un gran manejo de las tijeras. Podríamos hacerlo casi sin pensar demasiado.
No solo es una muy buena idea en sí misma, sino que nos abre mil posibilidades a la hora de darle nuevas utilidades a las cosas que ya tenemos. Todo es observar y echarle imaginación, porque de todo lo que nos rodea se pueden sacar otras muchas cosas de las que no nos damos cuenta. No lo pensamos, pero no todos los objetos sirven únicamente para lo que fueron diseñados.
Fuente: PSY Media
Gran apasionada del diseño y la escritura, me encanta leer prensa dedicada a la arquitectura, tanto nueva como antigua.