El ser humano es caprichoso, rara vez nos conformamos con lo que tenemos y siempre buscamos una nueva meta. Esto no es necesariamente malo, ya que tener un objetivo y unas aspiraciones nos hace esforzarnos por conseguirlas.
De todas formas, nunca es bueno obsesionarse, tener el coche más rápido, la TV con más canales o la casa más grande puede llegar a suponer un problema y una agonía si es nuestro único propósito en la vida.
Para llevar una vida mejor es más sencillo adaptarse a las posibilidades y las circunstancias de cada uno y sacar el mayor beneficio de la situación. En el caso que os traemos hoy, el estudio londinense de arquitectura Alma-nac, no solo ha sabido adaptarse sino que ha conseguido convertir una espacio pequeño y desagradable en el objeto de deseo de cientos de personas.
Situada en el sur de Londres, Slim House es una casa que tan solo mide 2,3metros de ancho por unos 14 metros de largo. Pero no os dejéis engañar, en este espacio hay suficiente sitio para poner 2 cuartos de baño, una cocina, 3 habitaciones, un salón, un vestidor, un despacho y una buhardilla.
Aunque pueda parecer que todo está comprimido lo cierto es que realmente todo el espacio está muy bien aprovechado. En ningún momento da la sensación de claustrofobia sino todo lo contrario.
El techo inclinado y los ventanales instalados en él dotan a toda la vivienda de una iluminación natural durante gran parte del día. También se amplió ligeramente la parte trasera de la vivienda para poder acondicionarlo como comedor.
«El factor clave era el conseguir que la luz natural fuese capaz de entrar sin problemas en todas las habitaciones y así dar más sensación de espacio» dijo uno de los diseñadores Tristan Wigfall.
La planta baja está compuesta por el recibidor, un salón, la cocina y un espacio a modo de comedor situado junto a la cocina.
En el primer piso podemos encontrar el vestidor, la habitación principal, otra habitación y un cuarto de baño.
El cabecero de la cama de la habitación principal, está pensado pata aprovechar el espacio al máximo y es, en realidad, un espacio de almacenaje donde guardar las mantas de invierno o los edredones.
En el segundo piso están situados el despacho, una habitación, otro cuarto de baño y una pequeña buhardilla. Todos ellos tienen ventanas para disponer de iluminación natural.
Como podéis observar por las fotos, a esta casa no le falta de nada, si hasta tiene un pequeño jardín.
La casa se encuentra en la concurrida calle St John Hill, Clapman en Londres. Al ser una calle tan céntrica el valor del metro cuadrado es bastante elevado. De esta forma se puede disponer de una casa perfectamente habitable por mucho menos de lo que cuestan las que están a su alrededor.
Al ver su fachada nada nos haría pensar lo que se esconde detrás de ella. Ya lo dice el refrán «No hay que juzgar a un libro por la portada».
Fuente: Dezeen, Alma-nac
Este artículo ha sido publicado en LaVozdelMuro