
¿Y qué hacemos entonces? Primero maldecir, luego mantener la calma y aplicar uno de estos tres trucos.
Importante ser conocedor de estos consejos porque cuando pierdes un zapato es como si perdieras los dos. Lo mismo ocurre con los pendientes, los guantes y los calcetines.
Menos mal que con las chanclas ya no hay de qué preocuparse. Uno de estos trucos incluye el uso de abre fácil de pan de molde. Tiene que ser circular, pero nos valdrá a la perfección, nos sentiremos como si fuéramos zapateros o expertos manitas.
Por descontado que en estas situaciones de desesperación surgen las mejores ideas. Con astucia, observación y creatividad, objetos cotidianos como una goma de pelo pueden salvarte el trasero en situaciones de emergencia.
Y aunque las soluciones están muy bien y son siempre bienvenidas lo mejor es tratar de no tropezar mucho llevando chanclas. Difícil, ¿verdad? Entonces presta atención al vídeo.
Fuente: Nifty
Gran apasionada del diseño y la escritura, me encanta leer prensa dedicada a la arquitectura, tanto nueva como antigua.