Los electrodomésticos son parte fundamental de nuestra vida. Su uso cotidiano y rutinario hace que tal vez no valoremos tanto lo maravillosos que son para nuestra vida. Nos ahorran esfuerzo y tiempo. Nos permiten dedicarnos a otros quehaceres, al trabajo o a disfrutar nuestro tiempo libre. Algunas encuestas indican que para la mayoría de los españoles, el frigorífico es el electrodoméstico más importante de la casa. Es lógico pensarlo en función de la conservación de la comida. Pero sin dudas, la revolución llegó a nuestras vidas hogareñas con los diferentes tipos de lavadoras.
El electrodoméstico más importante y el imprescindible
Los días 15 de marzo de cada año se celebra en España el Día del Consumidor. Y las encuestas que se realizan durante esa jornada arrojan siempre los mismos datos. Para los españoles, especialmente los solteros, el electrodoméstico más importante de la casa es el frigorífico.
Este aparato está considerado el “centro de la cocina”, por la frecuencia con la que se usa, porque siempre está visible cuando tienen visitas de amigos y familiares, y por su utilidad. Es claro, una persona soltera debe alimentarse en el almuerzo y la cena, más un desayuno y una merienda. El alimento conservado en este electrodoméstico lo convierte en el más valorado.
Sin embargo, a medida que crece la cantidad de personas que viven en el mismo hogar, sube en el ranking de preferencias hasta ubicarse en el segundo puesto en la tabla general la lavadora. De hecho, cuando se pregunta con qué palabra la definirían los usuarios, aparece “imprescindible”.
La lavadora, de aliada de las mujeres a fundamental en la rutina
Lamentablemente, durante buena parte del siglo pasado la mujer estuvo confinada a labores domésticas porque la vida laboral “profesional” estaba solamente reservada a los hombres. La primera vez que las mujeres demostraron su tremendo potencial en el ámbito laboral rentado fue durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los hombres marcharon al frente y sus madres, esposas, hermanas, tías y novias se quedaron en las fábricas, engrosando las filas de la industria militar.
Una vez que la paz (aunque armada) volvió al mundo, las mujeres ya no quisieron resignarse otra vez a su rol secundario en la economía y ocuparse únicamente del trabajo doméstico.
La tecnología avanzaba. Los frigoríficos mejoraban. Planchas, aspiradoras y demás electrodomésticos les ahorraban mucho tiempo a las amas de casa, que ahora podían disfrutar viendo televisión. Pero el gran cambio sucedió en 1958, cuando AEG (Compañía Eléctrica General), fundada en 1897 por el emprendedor alemán Emil Rathenau, lanzó la primera lavadora automática del mundo.
Con ese invento, se acabaron las largas horas lavando ropa sucia, luchando con el agua y el jabón contra la suciedad adherida en la vestimenta y sábanas de toda la familia. Gracias a los diferentes tipos de lavadoras, la mujer pudo colocar toda la ropa sucia en ese aparato, encenderlo y despreocuparse por un rato de la limpieza para dedicarse a cualquier otra cosa.
Tipos de lavadoras, un mundo listo para aprovechar
Más de medio siglo después de su invento, los usuarios tienen a disposición una amplia y variada gama de tipos de lavadora para el hogar.
Desde aquella primera lavadora automática de 1958 a hoy, AEG evolucionó increíblemente en la capacidad y eficiencia de sus productos.
Con las innovadoras tecnologías de la actualidad, se puede garantizar el mejor cuidado para la ropa y sus colores. Lavado tras lavado, las prendas quedarán impecables para que luzcan como el primer día durante más tiempo. En función de las necesidades de cada persona, se podrá elegir la que mejor se ajuste a nuestro hogar.
Las lavadoras de carga frontal son las más habituales en los hogares y ofrecen la mayor variedad en cuanto a funciones y programas de lavado. Una lavadora de 8 kilogramos es el estándar del mercado. Pero si sois varios en casa o sueles lavar ropa de cama y edredones, existen aparatos con capacidades de 9 y hasta 10 kilogramos en cada carga.
Si lo más importante para ti es el diseño y la uniformidad en la cocina, una lavadora integrable es la mejor posibilidad. Si escoges esta opción, la instalarás dentro del mobiliario y quedará oculta a la vista tras un panel del mismo material que el resto de la cocina.
Una lavadora de carga superior es perfecta para optimizar el espacio al máximo sin renunciar al rendimiento. Las medidas de estas lavadoras son más estrechas que las comunes. Tienen solo 45 centímetros de ancho y, además, incluyen unas prácticas ruedas para que se puedan mover con facilidad.
Eficiencia y sostenibilidad
En este siglo XXI no solo cambió el rol de la mujer en la sociedad en la mayoría de los países. Así como ya no hay que ir a un río a lavar la ropa, o quedarse controlando a una lavadora eléctrica que no centrifuga ni enjuaga, hoy hay otras prioridades. Un uso eficiente de la energía y el cuidado de un recurso natural como el agua es muy importante para los usuarios.
Por eso, recomendamos utilizar lavadoras que al menos posean una clasificación energética A+++. Son las que menos energía consumen. Los modelos más modernos, además, tienen sistemas inteligentes que ajustan el consumo de agua a cada colada , reduciendo el gasto energético. Todos los tipos de lavadoras tienen estas especificaciones para que el cliente pueda compararlas antes de comprarlas.
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