Los elementos más convencionales que utilizamos en nuestro día a día son los que pueden ayudarnos a conseguir una fragancia exquisita para nuestra casa. Hoy queremos demostrártelo utilizando una naranja, aunque del mismo modo podrías utilizar otro cítrico como por ejemplo un limón.
Cuando vayas a comer una naranja, en vez de pelarla como haces habitualmente, pártela a la mitad y asegúrate de quitar toda la pulpa con una cuchara dejando el corazón intacto, que es ese hilo blanco y grueso que está en mitad. La naranja puedes comerla, pero con la piel haremos algo mucho mejor.
Sólo necesitas aceite de quemar, uno que no tenga olor, y un poco de papel para hacer nuestro ambientador casero. Cuando sigas el procedimiento que te enseñamos en este vídeo verás que en pocos minutos toda tu casa tiene una fragancia envidiable.
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Fuente: Handig
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.