Las tuberías, por ejemplo, son más fáciles de atascar de lo que nos imaginamos. Tanto nuestra cocina, por donde muchas veces se cuelan desperdicios de comida, o el baño, pueden atascarse con mucha facilidad si nos descuidamos.
Llegado el caso, solemos optar por comprar algunos productos en el supermercado específicos para este problema. Los desatascadores son productos químicos muy fuertes capaces de arramplar con cualquier desperdicio pero que, con el tiempo, también acaban afectando a nuestras tuberías. Sin embargo, hay una forma más fácil, económica y menos agresiva para desatascar nuestras tuberías.
Sólo necesitamos un poco de bicarbonato de sodio y vinagre blanco para liberar nuestras tuberías. La clave está en verter una taza de bicarbonato de sodio seguido de dos tazas de vinagre blanco hirviendo. Cuando los dos ingredientes hacen reacción, ¡adiós problema!
Mira tú mismo el procedimiento en este vídeo, ¡y no olvides el truco para cuando te pueda hacer falta!
Fuente: internetroi
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.