Todo niño ha soñado siempre con tener un refugio secreto en el que poder conspirar cómo conquistar el mundo. Sin embargo, por regla general, nos hemos tenido que contentar con el refugio que pudiera crear nuestra imaginación.
No obstante, a veces los sueños se cumplen, y nos damos cuenta de que la realidad puede ser mejor incluso que los sueños. Es la historia de Sarah Goer, una mujer que decidió hacerle un regalo muy especial a su hijo el día que cumplió 4 años.
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Al lado de la habitación del pequeño, había otra habitación de almacenamiento que había quedado abandonada
No sabía por donde empezar para convertir la desastrosa habitación en un lugar de ensueño para su pequeño
Comenzó librándose de todo lo viejo, limpiando bien toda la superficie
Puso paneles de yeso y cambió el suelo por tarima de madera. Eligió una combinación de colores que nunca falla: blanco y azul
Una vez pintada, sólo quedaba llenarla con cosas útiles para el pequeño. Una mesa con un par de sillas, una estantería para sus libros,…
No faltó un gran mapa mundi, para que «pudiera tener el mundo a sus ojos», dijo la madre
Una esponjosa alfombra verde presidía la habitación, lugar de juego sin duda
Como en los libros de ‘Las crónicas de Narnia’, donde una puerta escondida en un armario te llevaba a un mundo de fantasía, esta madre consiguió la propia fantasía de su hijo
Un regalo de cumpleaños perfecto que el pequeño comparte con quien quiere
Fuente: faithtap
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.