El pasado invierno, Daniel Gray viajó desde Nueva Zelanda hasta Edmonton (Cánada) para pasar unos días en casa de la familia de su novia, Kathleen. El frío es bastante acusado en aquella zona por lo que Daniel quería buscar una manera de aprovechar al máximo su tiempo juntos a la vez que se entretenían en los días más gélidos.
Sin duda, el proyecto y pasatiempo de invierno no podía ser más sorprendente, a la par que ambicioso: ¡construir su propio iglú casero en el jardín! La manera más original de despertar la envidia de todos sus vecinos.
En lugar de construir un iglú corriente, Daniel pensó que sería buena idea aportar un toque de color. Con el fin de lograr esto, agregó un poco de colorante alimenticio en agua y luego la congeló dentro de cartones de leche, para lograr la forma rectangular de los bloques del iglú. Sin duda, algo bastante laborioso…
Uno de los mayores retos era asegurarse de que la capa de nieve era lo suficientemente gruesa para cubrir los bloques de hielo y proporcionar apoyo para la base. No sólo esta nieve actuaría como un cojín, sino que también evitaría que los bloques de hielo se deslizaran entre sí y se derritieran. Además, el iglú necesitaba tener una estructura fiable para evitar que se derrumbara sobre cualquier persona dentro.
Tras cinco días, finalmente el iglú estaba terminado. El hielo coloreado hizo que este iglú realmente fuera una maravilla de lo más divertida, lo que tan solo comenzó como un juego de agua y nieve, terminó siendo eco de la prensa local y fueron muchos los curiosos que quisieron acercarse hasta la vivienda para verlo en primera persona; especialmente cuando caía la noche, y se veía de lo más deslumbrante y acogedor.
La idea parece que se extendió. En el siguiente vídeo podemos ver la construcción de un iglú de colores.
Fuente: Boredom Therapy y Andrew Brown
Periodista especializada en decoración. Interesada por todo lo que tiene que ver con el interiorismo y el mundo deco.