La llegada del buen tiempo trae consigo la posibilidad de disfrutar, aún más, de los espacios exteriores de nuestra casa. Si tenemos una terraza y vivimos en el hemisferio norte, seguro que ya la estamos poniendo a punto para poder disfrutarla durante los meses venideros.
Disfrutar de una velada al aire libre siempre es mejor que hacerlo en interior, la pena es que sólo tengamos ocasión de hacerlo los meses de primavera y verano. Lo cierto es que durante estas estaciones, aunque el sol es el principal protagonista, a veces el calor es tal que tampoco podemos disfrutar de nuestra terraza tanto como nos gustaría.
Las pérgolas, toldos, o cualquier dispositivo que nos permita resguardarnos del sol en horas puntas, es bien recibido en cualquier terraza que se precie. Sin embargo, si lo que buscas es tener una mayor comodidad, te interesará conocer las pérgolas bioclimáticas.
¿Qué es una pérgola bioclimática?
Las pérgolas bioclimáticas suponen toda una revolución en cuanto a la climatización de nuestras terrazas, ya que son capaces de regular la temperatura, en cierta medida, de manera natural. Protegen de la lluvia, de la radiación solar, del viento y demás fenómenos naturales capaces de protegernos durante todo el año.
¿Cómo funcionan?
El sistema es muy sencillo, se trata de pérgolas que tienen lamas orientables. De esta manera, estas se pueden orientar para dirigir las adversidades al sentido que más nos convenga. Su manejo puede ser manual o motorizado. Existen pérgolas con sensores de lluvia y viento que se repliegan automáticamente para protegernos de la mejor manera.
¿Qué materiales se utilizan?
En el mercado tenemos muchas opciones que varían en materiales y también en precios. Algunas de estas pérgolas tienen placas solares capaces de cargarse automáticamente y generar energía eléctrica, algo que nos puede valer para el agua caliente de la casa o la climatización de la piscina. Aunque hay una gran variedad, lo cierto es que la mayoría de pérgolas de este tipo están hechas con aluminios y materiales sintéticos.
Estructuras de este tipo cuentan, además, con la posibilidad de complementarlos con otras estructuras que nos den aún mayor comodidad. De este modo, por ejemplo, se le puede agregar un sistema difusor de microgotas que nos ayude a combatir el calor, un sistema de calefacción para el invierno, o incluso cierta iluminación que le de a nuestro patio un toque diferente.
Ventajas
Al tratarse de una estructura sólida, también nos puede servir como refugio para el invierno y así poder disfrutar de nuestra terraza también en invierno. Si cerramos los laterales de nuestra pérgola nos resguardaremos de las bajas temperaturas. Los cerramientos pueden hacerse con lamas textiles resistentes, de cristal o metracrilato, dependiendo de nuestras necesidades y gustos.
La estructura sólida tiene otra ventaja reseñable: su resistencia. Y es que este tipo de pérgolas son capaces de aguantar rachas de vientos de hasta 200 kilómetros por hora o incluso soportar 150 kg de nieve.
Por último, el diseño de este tipo de pérgolas es infinito, las hay de todo tipo, de todos los colores y todos los modelos que puedes imaginar.
Fuente: proyectos.habitissimo
Además de Internet y la tecnología también me gusta la decoración en general.