A falta de un yate se construyeron un pontón con palets y se convirtió en la atracción del verano

El excesivo calor del verano hace que, muchas veces, nos encerremos en casa con el aire acondicionado. Y puede que en esos momentos acabemos pensando en la pena que nos da no tener un yate y poder meternos en el mar para refrescarnos con la brisa. Sin embargo, lo pensamos desde el sillón de casa mientras creamos la corriente de aire perfecta entre los ventiladores y el aire acondicionado.

Que no todos podamos permitirnos tener ciertos lujos no significa que tengamos que prescindir de algunas cosas. Nosotros desde Casas Increíbles siempre apostamos por la imaginación e iniciativa, y nos alegra encontrarnos día a día con casos tan curiosos como el de hoy.

Se trata de un grupo de jóvenes que quería disfrutar del lago local, pero como no tenían un barco ni medios para comprar uno… Decidieron hacérselo ellos mismos.

Nosotros nos hemos quedado impresionados y ahora mismo queremos construirnos uno de estos también, ¿adivináis cuál es el elemento principal? Los siempre recurrentes palets.

Queriendo disfrutar del verano pero de un modo económico y sencillo, un grupo de jóvenes amigos se puso manos a la obra.

Lo primero que hicieron fue reunir varios palets entre todos.

Dispusieron todos los palets en forma rectangular utilizando partes de los palets como travesaños y puntos de apoyo.

Otras piezas de los palets se utilizaron como cubierta superior.

Probaron a atar un barril azul a un palet dentro de una piscina y comprobaron que soportaba el peso de una persona.

Por lo que ataron varios barriles a la parte inferior de los palets ya montados.

Quedó una superficie grande que aparentemente podría flotar en el agua.

Y lo más importante, soportaba el peso suficiente.

Volvieron a desmontar en bloques la superficie, para trasladarla más fácilmente.

Y en la orilla del lago volvieron a montarlo.

Un poco de trabajo en equipo, pero estaba dando los frutos esperados.

Un cenador para escapar de las altas temperaturas, como si del mejor yate se tratara.

Con botella de champán incluida en la inauguración.

Con un poco de esfuerzo consiguieron remar para adentrarse en el lago.

Con la ayuda de algún que otro vecino que les ayudó a coger impulso.

Habían conseguido el pontón que habían deseado.

Por si faltaba espacio, decidieron colgar unas hamacas de algunos árboles semisumergidos.

Ya tenían todo lo necesario para disfrutar de un día veraniego.

A la hora de regresar, sacaron la superficie a tierra.

Volvieron a desmontarlo por bloques.

Y lo almacenan ordenadamente en un garaje hasta la próxima travesía.

¡Unos genios!

Fuente: littlethings