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Este árbol es una auténtica obra de arte viviente, pero algo aún más especial nace de él. Sigue leyendo

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La naturaleza ha sido muy admirada no sólo por su importancia para la humanidad sino también por su belleza. Pese a que la misma también ha sido fuertemente castigada por el ser humano, esta siempre consigue sorprendernos con lugares increíbles que nos hacer admirarla y respetarla.

Nosotros, que nos declaramos amantes de la naturaleza, siempre que podemos compartimos con vosotros especies raras de animales, árboles o plantas  que hay alrededor de todo el mundo para que podáis conocerlas y apreciarlas. Hoy nos ha cautivado un árbol, el cuál se puede considerar una obra de arte del artista Sam Van Aken. Esta maravilla fue creada a partir de 40 injertos de diferentes árboles frutales. De esta manera de unas mismas ramas, obtenemos ciruelas, albaricoques, cerezas, nectarinas, etc.

La técnica del injerto es relativamente fácil de hacer una vez que tienes unos conocimientos básicos. Quizás podrías animarte para poner uno igual en tu jardín.

El árbol es precioso en apariencia y eficiente en cuanto a su funcionamiento.

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Van Aken es profesor de la Universidad de Siracusa pero fué en la granja en la que se crió donde aprendió todo lo necesario para poder desarrollar la técnica del injerto.

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El injerto consiste en unir dos plantas similares para crear un híbrido.

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Van Aken llama a su obra «escultura a través de injertos», y evidentemente la belleza del trabajo se aprecia en mayor medida en la época de floración.

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Como árboles frutales destinados al consumo humano podrían resultar tremendamente útiles, ya que produciría pequeñas cantidades de varias frutas en distintas épocas del año

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No es la primera vez que hablamos sobre plantas y árboles que poseen alguna característica especial que los convierten en ejemplares únicos en su especie. Y es que, aunque muchas veces no nos detengamos a apreciar estas particularidades, los árboles ya poblaban la Tierra millones de años antes de que el ser humano pusiera sus pies sobre ella. Además, la vida no sería posible sin ellos, por lo que en este artículo os mostraremos uno de los ejemplares más fascinantes que hemos podido ver hasta el momento.

El artista y profesor de la Universidad de Siracusa, Sam Van Aken, ha creado un maravilloso árbol a partir de 40 injertos de árboles frutales distintos. De este modo, de él crecen ciruelas, albaricoques, cerezas, duraznos y nectarinas, entre muchas otras:

El artista visualizó un árbol que fuera increíble tanto en apariencia como en función

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Van Aken creció en una granja en Reading, Pensilvania. Allí aprendió todo lo necesario para dominar la técnica agrícola del injerto, que consiste en unir dos plantas genéticamente similares para crear un híbrido

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Para “el árbol de las 40 frutas”, se concentró en las especies que tenían hueso, comúnmente denominadas drupas en jerga botánica. Las frutas de hueso tienen una parte carnosa exterior que rodea la cáscara de las semillas. Los albaricoques, cerezas, melocotones, ciruelas, dátiles o mangos, entrarían dentro de esta clasificación

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Van Aken llama a su proceso ‘escultura a través de injertos’, que desarrolla haciendo pequeñas incisiones en el tronco, en las que inserta una rama nueva de otro árbol que, después de atarla y encintarla, el corte se cierra y la rama comienza a crecer junto al tronco. El esplendor y la belleza de su obra se hace evidente durante la época de floración

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Como árboles frutales destinados al consumo humano podrían resultar tremendamente útiles, ya que produciría pequeñas cantidades de varias frutas en distintas épocas del año

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El más antiguo de los árboles de Van Aken no supera los 3 años de edad, pero incluso estos jóvenes retoños son un homenaje imponente a la biodiversidad y a las maravillas del mundo natural

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Fuente: Lavozdelmuro