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Por culpa del estrés enfermó por lo que decidió convertirse en un cavernícola del siglo XXI

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Muchas personas continúan pensando que la felicidad equivale a poseer y acumular bienes materiales. Un coche caro, una casa grande y bonita, dinero para salir a comer fuera, vacaciones y un trabajo de alto nivel en el que ganes lo suficiente como para costearte lo anterior.

Pero, ¿y si ese ritmo de vida está haciendo mella en tu salud?, ¿y si, teniéndolo «todo», resulta que al final no puedes disfrutarlo por alguna enfermedad?

Angelo Mastropietro, de 38 años de edad, se hizo la misma pregunta tras ser hospitalizado. Diagnosticado de esclerosis múltiple, este hombre de negocios decidió abandonar su estresante estilo de vida para mudarse al bosque, donde ha construido una bonita casa en la que vivir en paz.

La casa cavernícola

Tras detectarse su enfermedad en 2007, Angelo supo que tenía que cambiar de vida. Abandonó su exitoso trabajo y su lujosa vivienda en Australia, y regresó a su tierra natal, Worcestershire, Inglaterra.

Durante las semanas siguientes se dedicó a cuidarse, comer mejor y hacer ejercicio, pero comprendió que la ciudad le estresaba y necesitaba relajarse.

«Mi estilo de vida sirvió de catalizador para el desarrollo de mi enfermedad, y fui consciente de que debía ser respetuoso con mi salud y mi cuerpo»

Fue entonces cuando se acordó de la vieja cueva que hace años había descubierto en el bosque de Wyre, durante sus vacaciones de 1999. Había salido a montar en bici cuando comenzó a llover y tuvo que buscar un lugar donde resguardarse. Casi empapado, encontró una cueva en una roca.


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La oquedad era en realidad una vieja vivienda abandonada en 1940 con 4 dormitorios y sin ningún tipo de instalación, ni comodidad. Sin embargo, el paraje que la circundaba era tranquilo y muy bello.

«Cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que era el lugar en el que quería estar. Un lugar donde podría tener una vida mejor y más saludable».

Era el año 2010 cuando Angelo consiguió comprar la propiedad por 62.000 £. Sin demora, comenzó a trabajar en ella ampliando las habitaciones a base de pico y pala.

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Tras pasar 5 días abriendo una ventana al exterior, pronto se dio cuenta de que necesitaría herramientas más potentes si quería avanzar con aquella obra.

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Con un presupuesto de 100.00 £, Angelo diseñó una vivienda funcional, cómoda y ecológica. Cinco años después y unas 80 toneladas de rocas menos, por fin ha terminado.

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Al encontrarse excavada en la roca de una montaña, Angelo no necesitaba permiso para abrirse paso, pues a veces es la dureza de la misma es la que determina por donde puedes o no abrirte paso. De esta forma dejó volar su imaginación creando una casa de diseño irregular, pero con mucho encanto.

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La vivienda cuenta con 1 dormitorio, despacho, chimeneas, salón comedor, baño, aseo, cocina, despensa y patio. Aunque si en el futuro necesita alguna habitación más, solo tiene que excavarla.

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Tiene agua corriente proveniente de un pozo natural, calefacción de suelo radiante y calentador. La gente cree que la vivienda es fría, pero al contrario, mantiene la temperatura muy bien, siendo fresca en verano y cálida en invierno.

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Ha creado un estilo rústico que combina bien con la roca y el paraje natural del bosque, consiguiendo una vivienda milenaria con las comodidades de hoy día.

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Los arquitectos técnicos han determinado que algunas zonas de la cueva tienen unos 3000 años de antigüedad. No obstante, Angelo quería combinar lo mejor de las dos épocas.

«Quiero paz y tranquilidad, pero no pasar penalidades. Es una caverna moderna, sin lujos pero con las comodidades de hoy día».

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Ahora Angelo se siente bien y vive sin estrés. Trabaja como consultor, ha logrado controlar su enfermedad y hace tiempo que no sufre ningún brote paralizante.

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La mayor parte del trabajo lo ha realizado él mismo, y los gastos de la vivienda son bajos, lo que le permite vivir más tranquilo y sin agobios. Un giro de 180 grados que le ha cambiado la vida a mejor.

Fuente: dailymail.com.uk
Artículo publicado en La Voz del Muro